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No vamos a ser eminentemente machistas, pues hay que reconocer que también existen damas incapaces de afrontar con estoicismo el encierro .

La cárcel se hizo para los hombres, pero...

Johnny Arrendel, periodista dominicano.  |  20 de junio de 2017 (20:00 h.)
carceles dominicanas

Quien se ve compelido, proclama en ocasiones que "la cárcel se hizo para los hombres", y con resignación asume el trance, siempre en esperJohnny-Arrendela de tiempos mejores.

Pero he aquí que no todo mundo está preparado para hacer frente a tal tribulación, y se ven casos de recios exponentes masculinos que lloran como infantes y llaman a su mamá cuando los trancan.

No vamos a ser eminentemente machistas, pues hay que reconocer que también existen damas incapaces de afrontar con estoicismo el encierro .

Con respecto a la coyuntura actual que concita la atención del país, se pensaba que Victor Diaz Rua seria el primero de los encartados de Odebrecht en apelar a un subterfugio para evadir las rejas.

Pero hasta el momento el acaudalado ingeniero se mantiene en Najayo, lejos de las bacanales y el hedonismo que han caracterizado su existencia.

Pero César Sanchez si "goteó", pues se aduce que el agua que consumen los apresados de Odebrecht en Najayo le ha hecho daño.

César está internado en Centro Médico Dominicano, institución de salud privada de la que se dice su esposa es una de sus mayores accionistas.

Muchos dudan que Sánchez se resigne a volver a Najayo, aunque se le de el alta, tras descansar unos días seguidos en el lujoso privado de la clínica de su señora.

A veces, quien menos uno esperaría puede dar una muestra de firmeza y dignidad.

Ramón Báez Figueroa, condenado por la quiebra fraudulenta de Baninter, se tiró la mitad de su pena en Najayo y nunca alegó ninguna enfermedad para evitar la celda.

En cambio, la vivaracha de Vivían Lubrano logró meter al medio la voluntad presidencial con certificados médicos falseados y consiguió una excarcelación humanitaria.

Poco después de salir, la supuestamente quebrantada Lubrano fue vista descorchando y degustando champaña a raudales como toda una viejeba adinerada que es.

Quien llegó al extremo de montar un show con libreto y todo fue el desalmado ex banquero Leonel Almonte.

Esa figura, de ingrata presencia en la vida nacional, se caracterizó como una momia, de ojos cerrados, barba y corveja con tal de hacerle creer a los jueces y al país que estaba loco.

Por eso, aunque muchos consideran que el juez de instrucción del caso Odebrecht, Francisco Ortega, impuso medidas de coerción muy duras, también lo justifican.

Y lo hacen, porque observan que dos ex jueces, Awilda Reyes y Arias Valera, una en prisión domiciliaria y otro suelto con coerción, hacen todo tipo de artimañas para obstaculizar el juicio que se les sigue por corrupción.

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