El incidente ocurrido recientemente en Villa Altagracia, donde una pareja de esposos cristianos fue salvajemente acribillada por la Policía Nacional, es un llamado de alerta al presidente de la república Luis Abinader.
EN LA POLICIA NECESITAMOS UN CAMBIO REAL.
El incidente ocurrido recientemente en Villa Altagracia, donde una pareja de esposos cristianos fue salvajemente acribillada por una patrulla de la Policía Nacional, es un llamado de alerta al presidente de la república Luis Abinader. Este nuevo gobierno se ha encontrado de golpe con graves falencias que silenciosamente se han gestado durante décadas en las instituciones estatales de la República Dominicana.
Es preocupante ver como después de este horrendo hecho la Policía Nacional esté defendiéndose con garras y dientes contra una demoledora campaña manejada desde las redes sociales y medios de comunicación.
El primer mandatario de la nación debe entender que la policía no puede seguir siendo una maquinaria de desasosiego y desconfianza ciudadana.
Esta institución fue fundada en el año 1936 en una era donde importaba la mano dura y la voluntad omnímoda del dictador Rafael Leónidas Trujillo. Confeccionada a su antojo para la persecución, caliesaje y contrainsurgencia en momentos donde el régimen necesitaba más miedo que orden para lograr sus objetivos de apaciguar a la población.
En la actualidad aún no se ha podido generar un verdadero clima transicional que nos acerque más al grado real de respeto y consideración de la policía hacia la ciudadanía y viceversa. Aún en su seno hay agentes ejecutando acciones nefastas, pequeños “trujillitos” poco entendidos en lo mucho que ha cambiado la sociedad dominicana en los últimos 85 años.