El sistema de partidos, que es como se adquiere el poder político, en las llamadas democracias representativas, no está en crisis, está en crisis, el sistema, y los representantes de esos partidos, que usaron esas instituciones, para lucrarse personalmente y abandonar los principios que le dieron origen y fueron a parar a ser servidores de los sectores que detentan el poder económico. La historia dominicana, ha dicho, que tenemos partidos reconocidos, por símbolos, desde la formación del partido azul y el partido rojo, luego de la Restauración Nacional, luego el partido verde, posteriormente, la dictadura de Lilis, que devino en los partidos bolos y coludos, de ahi al partido unionista, y la desunión, luego la dictadura de Cáceres y posteriormente en la anarquía política, desembocamos en la invasión norteamericana del 16, En el 24 la Unión Nacionalista, el partido Progresista, y la coalición Patriótica. Con Trujillo, el Partido Dominicano, luego La Unión Cívica, el Catorce de Junio, el Partido Revolucionario Dominicano, y varios partidos minúsculos, hasta la aparición luego del Partido Reformista y la continuación del PRD, muchos partidos del Sistema y los partidos de izquierda, posteriormente, el Partido de la Liberación Dominicana, y los grupúsculos políticos y la situación de ahora. Es decir, que esos partidos, se fragmentaron, desaparición, como desaparecerán estos partidos, que actualmente actúan en el escenario político y la República Dominicana, seguirá su devenir histórico. Lo otro es una ilusión política.

Para acceder al poder político, en los países con el sistema democrático, se logra a través, de los partidos políticos. En el plano nacional y con alguna agrupación política, que cumpla con los requisitos, en los planos provinciales, que la ley ha señalado para ellos. Esas instituciones, o grupos provinciales, tienen que ajustarse a los procedimientos, especificados en la ley electoral, mediante la Junta Central Electoral. En el articulado legal, señala, las condiciones, para ello. Es decir, no es con sindicatos, ni con clubes, ni con asociaciones agrícola, ni con clubes culturales, ni con fundaciones culturales, ni con marchas. Que quede claro, es con partidos políticos, que se llega al Poder Ejecutivo, al Legislativo y al Municipal. Las manifestaciones multitudinarias, que no definen a tiempo sus objetivos políticos, como el tiempo es clave, para ello, se quedan en esa circunstancias, en exposición de disgustos y exposición de fuerza, la cual corre el riesgo de diluirse, a menos que se convierta en lo que tiene que ser: una organización para la toma del poder político, es así de sencillo es el asunto.