Inició en una cabina de radio, se extendió por todos los puntos del planeta donde reside un dominicano convertida en un sentimiento pintado de verde y en cinco meses de existencia, no solo ha logrado el reconocimiento colectivo de la sociedad dominicana y un poco más allá, sino también la modificación del discurso de rendición de cuentas del presidente de la república y el rumbo del proceso Odebrecht.
La marcha Verde es sin dudas el acontecimiento sociológico más importante e inesperado que ha vivido el pueblo en los últimos 50 años y sus cabezas y quiénes se creen o consideran serlo lo saben, lo que está por verse es si son capaces de entenderlo y colocarse a la altura de las circunstancias propiciando un parto feliz, tal como lo merece un pueblo cansado de las desilusiones.
La marcha Verde aún es ilusión, es novedad y entretenimiento para una buena parte de sus participantes, eso es bueno pero insostenible en el tiempo, por ello el tiempo es su principal enemigo y el gobierno lo sabe y lo sabe muy bien, por ello juega al tiempo., Esta claro que solo con un ejército entrenado y con plena conciencia política se llegará al feliz parto que pretendemos.
El gobierno sabe donde está ese ejército, por ello incentiva y promueve la crítica a los políticos opositores que participan de esta y encuentra eco en muchos activistas verdes cuya pureza llega a la candidez, convirtiéndose en los propiciadores de los conatos de desacuerdos, muchos de estos activistas correrán cien. doscientos y hasta mil metros en una carrera de cinco mil y cuando esto ocurra el proceso se podrá salvar si los atletas debidamente entrenados han sido previamente aceptado en la carrera.
Los puros verdes no pueden olvidar que hubo un partido que enfrentó al gobierno y al estado en una lucha marcadamente desigual y lo hizo porque cuenta con un ejército debidamente entrenado y que cada día que pasa se organiza mejor, no lo saquen ahora de una carrera que son ellos los llamados a cruzar la meta.